En muchas regiones, el agua que llega a los hogares contiene altas concentraciones de minerales, principalmente calcio y magnesio, que, al utilizarse, generan depósitos conocidos como sarro. Este problema, típico en zonas con agua dura, afecta directamente la calidad de vida y la funcionalidad de los equipos del hogar.

¿Alguna vez has notado que el jabón no hace mucha espuma al ducharte, que tus electrodomésticos presentan una capa blanca o que tu piel y cabello quedan con una sensación extraña después del baño?

El agua dura causa una serie de inconvenientes en la vida diaria: el sarro se acumula en tuberías, electrodomésticos y grifos, reduciendo su eficiencia y vida útil; deja residuos en la piel y el cabello, debido a que los minerales reaccionan con los productos de cuidado personal; y provoca manchas blancas en la ropa y la vajilla, incluso después de lavarlas. Estos efectos pueden ser frustrantes y costosos, pero afortunadamente existen diversas soluciones que permiten tratar el agua dura y mejorar su calidad.